PARA SABER SI TE LO HAN ECHADO:
Enciende una vela blanca o plateada, y junto a ella, en un recipiente redondo y un poco hondo, echa agua fría. En una platito pon un poco de aceite de oliva, moja el dedo corazón de la mano izquierda en el aceite y deja caer unas gotas sobre el agua.
Si las gotas se van hacia el fondo o se quedan flotando, no te han echado mal de ojo y es posible que sólo tengas una mala racha. Pero si las gotas forman círculos, como cuando tiras una piedra a un lago, significa que tienes un mal de ojo echado. Cuando acabes, apaga la vela en el agua.
Sólo puedes aprovechar esa vela para pedir algo a un espíritu.
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