viernes, 22 de agosto de 2008

CONSEJOS SOBRE MAGIA BLANCA

Seguramente todas habéis hecho o pensado hacer algún ritual de magia, pero sin saber nada al respecto, sólo haciendo lo que han dicho en la tele o en la radio, o lo que pone el libro, o lo que os ha contado alguien.
Pues bien, la magia no es para tomársela a la ligera, ni siquiera la blanca, así que aquí os pongo una serie de consejos que he encontrado para que no os salgan mal las cosas:

Es importante dar algo a cambio de lo que se recibe por la magia. La ofrenda puede ser en forma de dinero, de tiempo, de ayudar a los demás, etc. Hay que devolver algo a la sociedad y así equilibrar el universo. Se puede dar una ofrenda antes de conseguir el propósito, cuando se hace el trabajo.

No se debe efectuar un ritual para saber si funciona. Hay que tener absoluta fe en que el trabajo funcionará. Esto es importantísimo. Tenemos que creer en nuestras capacidades. Sólo usamos una pequeña parte de nuestro cerebro. No se sabe muy bien para qué sirve la otra parte, pero hay capacidades mentales que no se han explicado científicamente.
Con la fe se pueden conseguir los propósitos más difíciles.
Hay que efectuar los rituales a solas, sin la presencias de otras personas, sin el peligro de ser interrumpida (teléfono, visitas…). Por eso se elige normalmente la noche, porque hay más tranquilidad y nos podemos concentrar mejor. Lo mejor es hacer los trabajos al aire libre. Si lo hacemos de día, ya sabéis: descolgad el fijo y desconectad el móvil.
No se tiene que tener prisa, la magia necesita su tiempo. Antes de empezar se debe tomar una ducha con un lavado de cabello u otro ritual de limpieza. Hay que estar limpio de cuerpo y de mente. Lo mejor es llevar ropa suelta de color blanco y estar descalzo. El cabello tiene que estar suelto.
Para las máximas capacidades intelectuales no se debe hacer un trabajo cuando uno esta cansado o después de comer, después de discusiones o cuando hay otro estado de ansiedad. Hay que estar totalmente relajado y concentrado.
Hay que tener el propósito claro. No se debe hacer un ritual por una emoción momentánea como una pelea.
Hay que reflexionar muy bien sobre las ventajas y desventajas que puede significar conseguir el propósito.
Hay que aprender a relajar el cuerpo. Lo mejor son ejercicios de respiración y de tensión muscular.
Entrena tu capacidad de visualización. Las visualizaciones de situaciones u objetos afectan directamente al cerebro. Cuando hacemos un trabajo es esencial visualizar que lo vamos a conseguir. Así el cerebro actuará correctamente.

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